Actividad de reflexión y análisis nº18

El tutor ideal 

En primer lugar, un buen tutor debe ser buen observador, capaz de detectar situaciones de desigualdades o problemas entre alumnos, así como situaciones de tolerancia y respeto, y tomar así las medidas convenientes en cada caso. Relacionado con esto, es importante que posea la capacidad de escucha activa, sin filtros ideológicos, escuchando las necesidades de todos sus alumnos.

Otro rasgo importante englobado en la personalidad del docente debería ser la empatía, la asertividad, pero también el manejo de la autoridad, el respeto, imponiéndose, de manera pacífica, sin que los alumnos le vean inferior. Para apoyar estos aspectos, el docente debe tener sabiduría docente y personal, sería bueno que el profesor pusiera a disposición de los alumnos su experiencia docente, sabiendo manejar las situaciones que se den en el aula, así como su experiencia personal, a la hora de poder guiar a los alumnos en sus decisiones personales de futuro o dentro de sus relaciones en la familia o amigos.

Por otro lado, sería necesario que el tutor practicara la cooperación con otros compañeros, así como la mediación entre los alumnos o incluso entre los alumnos y otros docentes del centro que quizás fueran más instantes en sus relaciones con los alumnos. Es importante que el profesor intente ser un ejemplo de cooperación, tolerancia y compañerismo, para reforzar estos valores en su alumnos.

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