Actividad de reflexión y análisis nº20

Sesión de clausura

Echar la vista atrás siempre es un ejercicio sano y curioso. Sano porque es una manera de no olvidar de donde vienes, cómo eras y cómo eres ahora, y curioso, porque los cambios que se producen con el paso del tiempo pueden resultarnos sorprendentes.

Hace 15 años, en el año 2015, comenzaba mi carrera universitaria. Hay que decir que en ese momento no era considerada un grado (así llamaban antes a los estudios universitarios), sino un híbrido extraño que no nos permitía a los estudiantes de estudios superiores de música (ahora Licenciatura en Interpretación Musical) tener los mismos derechos que el resto de universitarios. Gracias a Dios que por fin en este país se practicó, inéditamente hasta el momento, política de Estado que antepuso la Educación a otras cuestiones menores y el tan ansiado y añorado Pacto de Educación colocó a las Artes donde se merecían. 

Qué tiempos aquellos (malos), cuando la música era una asignatura y una disciplina tan relegada a un segundo plano, sin la importancia que tiene hoy día. 

Sin duda hemos conseguido grandes cosas. Sin embargo se han perdido otras cosas que sin duda hoy en día ayudarían mucho a los adolescentes. Recuerdo en mi época en el conservatorio en Salamanca, que la relación con los profesores, en muchas casos era de amistad, aunque con un enorme respeto. Quizás hoy en día se han exagerado demasiado las buenas formas, y observo con cierta tristeza que se ha perdido esa amistad, ese vínculo de aprendizaje vital que para mí fue fundamental. 

Por lo demás, puedo afirmar con gran satisfacción que todos los cambios que se han producido son muy positivos. El Pacto de educación ha supuesto grandes logros, inimaginables hace unos escasos años: una tasa de abandono escolar cada vez más decreciente, y sobre todo una especialización real en los estudios, por fin huyendo de Planes de Estudios absurdos, con asignaturas que no aportaban nada a nuestra formación. 

Por estas y otra muchas cosas, la educación ha experimentado, sin duda, un cambio a mejor.